Captains of the Golden Age
En Smuggler's Cove están anclados cuatro barcos de colores brillantes, de formas y tamaños diferentes.
Sus velas están arriadas y sus tripulaciones descansan mientras se mecen suavemente sobre las olas. Un albatros rodea el barco naufragado que yace destrozado en la orilla. El sol se está poniendo y una cálida luz comienza a brillar desde el interior del barco agujereado; es la posada de Smuggler's Cove.
Cuatro capitanes se sientan a una mesa redonda en el centro de la posada; algunos de los otros huéspedes se quedan mirando las ropas de colores brillantes que llevan. Un loro observa atentamente toda la escena desde una lámpara de araña situada encima de la mesa. A los coloridos capitanes no parece importarles;
... leer másEn Smuggler's Cove están anclados cuatro barcos de colores brillantes, de formas y tamaños diferentes.
Sus velas están arriadas y sus tripulaciones descansan mientras se mecen suavemente sobre las olas. Un albatros rodea el barco naufragado que yace destrozado en la orilla. El sol se está poniendo y una cálida luz comienza a brillar desde el interior del barco agujereado; es la posada de Smuggler's Cove.
Cuatro capitanes se sientan a una mesa redonda en el centro de la posada; algunos de los otros huéspedes se quedan mirando las ropas de colores brillantes que llevan. Un loro observa atentamente toda la escena desde una lámpara de araña situada encima de la mesa. A los coloridos capitanes no parece importarles; hablan, descansan, ríen y disfrutan de sus cervezas.
De repente, un niño entra corriendo con una carta sellada para el posadero. Tras leer la carta, el posadero echa un vistazo a los demás huéspedes antes de acercarse a los cuatro capitanes. En un susurro les dice: "Amigos, mi contacto de la República me dice que el precio de la pimienta acaba de superar al del oro", y se vuelve hacia su barra.
El ambiente cambia como una tormenta en un día de verano y los capitanes echan mano a sus armas como fulminados por un rayo. Con cautela, se levantan lentamente y se alejan de la mesa, pero a medida que su codicia se apodera de ellos, empiezan a correr hacia sus barcos de colores brillantes...
